viernes, 3 de agosto de 2012

una de la aldea de humo, capítulo I







Que miedo da cuando vemos el germen del drama que sigue incubandose en el hogar paterno. que miedo cuando lo vemos crecer e implantarse como un pequeño honguito en el cerebro de nuestros menores queridos. que miedo da cuando, al intentar revelarnos el germen...( ahora inmenso, contaminante, humo pegado a las paredes de la piel, humo) que ya tiene el poder, nos desplaza, nos echa, nos recluye en el altillo.
él es mas fuerte.
lo que es realmente perturbador es cómo en una madriguera donde la ley está corrupta por ese germen, se crían tres pequeños, ponele...zorros, con una lucidez extrema. Los zorros pelotudos a veces se pelean entre ellos pero tienen la habilidad y la siniestritud para hacer causa común y mancomunarse en contra de esa autoridad tan contaminada, tan viciosa, tan selectiva.
En el período de inmigración esta calaña, esta especie maldita emigra de la cueva..dejando a la buena de alguna deidad pagana a sus hermanos. A veces, por temporadas ante il ritorno in patria el que se fué descubre con asombro y vamos a decir la verdad con un placer arrogante, cómo los críos que se quedaron LO tienen.
él lo tiene!
Lo lleva en la sangre?, corre por las venas esa capacidad retorcida e intrincada de aislar el problema verlo desde lejos, bajarlo a la realidad y resolver. es aterrador ver que algunos defectos fraternos han pasado también por el colador de la genética, debilidades, sensiblerias, llantinas variadas por cosas mínimas como la muerte de un animal, ya sea el perro de uno o Mufasa.



esto sigue, pero no tengo tiempo ahora.
necesito desarrollar ciertos conceptos sobre nuestra raza y el problema de  domesticación. tenemos problemas para ser domesticados.


ahhhhhhhhh!

2 comentarios:

Decilo, cortala: